Siempre que lea sobre la nutrición, es importante recordar que la mayoría de la información se dirige a una persona “promedio”. Sin embargo, las necesidades nutricionales reales pueden variar según el individuo. Factores como la edad y el estado de salud afectan sus propias necesidades, a veces de manera significativa.
Los del grupo de personas con más de 60 años, enfrentan dos desafíos distintos: su metabolismo se ha ralentizado, lo que significa que probablemente necesite menos calorías, pero también necesita más nutrientes. Esto significa que debe diseñar su plan de alimentación con más cuidado que antes.
Equilibre sus comidas. Alrededor de la mitad de su plato debe contener frutas y verduras, con granos, proteínas y productos lácteos en la otra mitad.
Coma todos los colores. Cuando se trata de frutas y verduras, incluya todos los colores en su dieta. Comer una variedad de alimentos rojos, amarillos, naranjas, verdes, morados y azules le ayudará a cosechar una variedad de vitaminas y minerales de sus comidas.
Obténga su vitamina D. Busque esta vitamina en las etiquetas de los alimentos. Ayuda a proteger sus huesos y realiza otras funciones importantes en su cuerpo a medida que envejece.
Elija alimentos altos en fibra y bajos en sodio. La fibra promueve la digestión saludable y puede evitar varias enfermedades relacionadas con la edad, mientras que el exceso de sodio puede ser dañino.
Evite agregar azúcar. No es bueno para nadie.
Cuide su tamaño de porción. Probablemente ya no necesite tantas calorías como cuando tenía 30 años.
Recuerde mantenerse hidratado. El agua no contiene calorías ni vitaminas y, sin embargo, es el componente más importante de una dieta saludable. La deshidratación puede contribuir a muchos problemas de salud, así que siga bebiendo 8 vasos de agua por día.
Hable con su proveedor de atención primaria. Él o ella puede ayudarlo a comprender sus necesidades nutricionales en esta etapa de su vida y le puede derivar a un nutricionista si usted prefiere la orientación de un experto.